La Justicia del odio y la persecución


Un fiscal pide 12 años de cárcel e inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos a Cristina Fernández de Kirchner, dos veces presidenta de la Nación Argentina, y hoy vicepresidenta. La guerra jurídica en su máximo esplendor, rompe la normativa jurídica más elemental como el derecho a defensa, sin pruebas y con todo el montaje mediático. Parece ser que éstas nuevas formas de show jurídico-mediático son las que utilizan los poderosos para perseguir, amenazar y enviar a la cárcel a opositores políticos, sindicalistas y cualquiera que se cruce en el camino., y disciplinar a los que opinen diferente.


Ayer los argentinos presenciaron un montaje mediático que viene organizándose desde hace años en complicidad con los diarios La Nación y Clarín, con el tema de la obra vial pública en la provincia de Santa Cruz, cuando Cristina Fernández de Kirchner era presidenta de la Nación. Así lo aseguró la vicepresidenta hoy a través de un descargo vía web en vivo que tuvo que realizar ya que el TOF 2 le negó su derecho a réplica.

El denominado Lawfare o guerra jurídica ya es conocido en el mundo, con el caso resonante de Lula da Silva en Brasil, en donde el ministro -entonces juez Moro- lo llevó a la cárcel con la contundente prueba de no haber presentado papeles de un departamento. Claro que la idea era romper el símbolo político que significaba el PT en las mayorías populares y dar aire a los deseos de la oligarquía brasilera engendrada en la derecha y las FFAA.

Así de fácil se encarcela a opositores o amedrenta la Justicia a los ciudadanos en la Argentina.

Lo impresionante de éste entramado es la cercanía de los denunciantes: el fiscal Diego Luciani, amigo y compañero de equipo de fútbol del presidente del Tribunal Oral Federal 2,  Rodrigo Giménez Uriburu, son más que éso: juegan fútbol en la quinta Los Abrojos, del ex presidente Mauricio Macri.

Esto sería de por sí, invalidante para realizar ningún tipo de denuncia puesto que se ve comprometida seriamente la imparcialidad en juicio. Pero si vamos más allá, las pruebas que presentó el fiscal son tan débiles que causan el mayor temor. Porque si hay contundencia de pruebas, hay delito si está demostrado. Pero hemos visto en nuestro país como fiscales y jueces han llevado a juicio y perseguido a personas sólo por una noticia en un diario, y así haber continuado durante años como en el caso emblemático de Claudio Bonadío, el juez federal apodado el «cowboy» por portar armas y haber asesinado a dos personas quien peregrinó hasta su muerte por toda la Patagonia en la búsqueda del oro enterrado de los Kirchner. Jamás encontró nada, ni siquiera una prueba.

Luciani, el nene bonito de la aristocracia judicial, un cualquiera quiere ser el héroe que le gana el partido al equipo más codiciado. Todos quieren ganarle a CFK, y la impunidad es grande cuando está de tu lado y si sos fiscal, mejor aún. Un grupo de fiscales y jueces que hacen lo que quieren con las libertades de las personas, hacen de éste país inviable y pone a gran parte de la Justicia en el tapete más grande de la corrupción en Argentina.

Ayer por la noche cientos de militantes y funcionarios de diferentes sindicatos se acercaron a la casa de la vicepresidenta para darle su apoyo, y fueron reprimidos por la policía de laCiudad, que comanda Horacio Rodríguez Larreta. La fuerza estaba para separar a un grupo de inadaptados del PRO que fueron a insultar a la vicepresidenta y los que la apoyaban. Cobraron los que apoyaban. Nada más que agregar.

Mientras Luciani pedía 12 años de cárcel para CFK, Martiniano Molina y Mauricio Macri se sacaron una foto sonriendo y tomando mate en la localidad de Don Bosco.

 

 

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